Todos los sentimientos sublimes están en uno: el amor profundo, incluso, la iluminación.
Uno aprende a despejar las nubes, los sentimientos adquiridos por la sociedad, la familia y la cultura. Esos sentimientos no son los sentimientos reales de uno.
Para amar, uno tiene que aprender a amar en el sentido de dejar circular lo que está estancado. Dar fluidez al sentimiento y dejarlo expresarse. A abrir los límites se aprende: a no tener vergüenza de amar, a no tener vergüenza de lo sublime.
¿Cómo se aprende?
Aprender, es aceptar el cambio. No hay una verdad que se te dé: es un elemento que te ayuda a desarrollar la conciencia.
(Fuente: Extracto de una entrevista publicada en el Periódico.com)
Alejandro Jodorowsky
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